El personal de la gira de Lizzo está saliendo en defensa de ella en la demanda por acoso sexual presentada por algunas de sus ex bailarinas, diciendo que Lizzo promovió un ambiente positivo y nunca obligó a nadie a ir a shows sexuales a los que no querían asistir.
De acuerdo con nuevos documentos legales obtenidos por TMZ, 18 miembros independientes de la compañía de Lizzo escribieron declaraciones de apoyo a la cantante y están contradiciendo las afirmaciones hechas por tres de sus ex bailarinas contra ella. Las demandantes son Arianna Davis, Crystal Williams y Noelle Rodriguez.
Kiara Mooring, una bailarina de la gira, se está oponiendo a las afirmaciones de que había una regla tácita que castigaba a quien no quisiera salir con Lizzo cuando se le invitaba, como afirman las bailarinas en su demanda.
Dice: “Esta afirmación tampoco tiene sentido porque muchas bailarinas (yo incluida) no fuimos a Bananenbar esa noche y seguimos teniendo nuestro trabajo con Lizzo”.
Recuerden, Bananenbar acoge un famoso espectáculo de sexo con plátanos en Ámsterdam, y es donde las bailarinas que demandan a Lizzo afirman que las denigró sexualmente al supuestamente obligarlas a tocar a artistas desnudos.
Melissa Locke, otra bailarina, dice que recuerda haber hablado con dos de las denunciantes, Davis y Rodríguez, a la mañana siguiente del show y “nunca dijeron que se sintieron incómodas o presionadas. Estaban muy entusiasmadas por la gran noche que pasaron”.
Melissa añade: “Recuerdo haberles dicho: ‘Eso suena muy divertido, ojalá me hubieras despertado para ir contigo’. Estuvieron de acuerdo en que fue una noche divertida y me contaron que después salieron por el Barrio Rojo. No se quejaron ni parecían molestas”.
Davis afirma que Lizzo la avergonzó por ganar peso y utilizó el diagnóstico de un trastorno alimentario para justificar su despido, pero otras dos bailarinas dicen que no se lo creen.
Alaini Walker, quien comenzó a bailar en la gira después de que las denunciantes se fueron, dice: “En mi experiencia, no hubo absolutamente ningún body shaming (avergonzar el cuerpo de otro) en la gira. He sufrido discriminación racial, acoso sexual e humillación por mi cuerpo en esta industria, pero nunca mientras trabajaba con Lizzo. De hecho, su gira me pareció lo contrario de muchas experiencias negativas que he tenido como bailarina.”
Asia Banks respalda a Alaini, diciendo: “Yo era la mejor bailarina de la gira. Lizzo siempre hizo todo lo posible para que me sintiera segura y confiada con mi cuerpo, incluso asegurándose de que me sintiera cómoda en cada uno de los trajes del espectáculo”.
Zuri Appleby, el bajista, dice que Davis nunca se avergonzó de la gordura: “Al contrario, todo el mundo en la gira estaba genuinamente preocupado por Davis, no porque hubiera engordado, sino porque era poco estricta con sus actuaciones, su higiene y su salud.”
Chawnta Van, bailarina, dice que nunca experimentó ni presenció racismo en la gira. Dice que Lizzo apoya y empodera a las mujeres negras y “nunca toleraría ningún racismo en su gira”.
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Las demandantes de Lizzo afirman que tuvieron que rechazar otras actuaciones de baile durante las pausas de la gira, pero Chawnta dice que los bailarines tenían un “retenedor” que les permitía acceder a un porcentaje de su tarifa semanal cuando la gira estaba en pausa, y que se podían agendar otros conciertos cuando Lizzo no tenía un show.
Recuerden, Noelle afirma que temía que Lizzo fuera a agredirla físicamente durante una reunión el 3 de mayo en la que dimitió, pero otra bailarina que dice haber estado allí afirma: “Lizzo nunca se acercó a Rodriguez ni la miró a la cara.”
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Una asistente de la gira, Molly Gordon, dice que Crystal fue despedida por rendimiento, tardanza y restricciones presupuestarias. Asegura que Crystal le suplicó que la dejaran quedarse después de que le dieron la patada.
Las declaraciones forman parte de una moción presentada en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles por los abogados de Lizzo para desestimar la mayoría de las demandas, si no todas.